jueves, 12 de marzo de 2015

RELATO: MÁSCARAS

Cuesta, ¡vaya si cuesta!. Abrirse, mostrarse, sacar la verdad, quitarse la careta... llámenlo como quieran. No, no es fácil. Nuestro íntimo miedo a quedar expuestos, indefensos, nos paraliza, y el temor a vernos desprotegidos, con el alma al aire y a la vista de cualquiera, nos atenaza. Y así andamos, así vivimos, empobrecidos por nuestro orgullo y maniatados por el compromiso. Una vida de paripé, muy lejos de la que podría ser.

Pero a veces, solo a veces y sin saber ni cuando ni porqué, salta una chispa, se ilumina una luz y aparece la magia. Y ocurre. Ocurre que una simple conversación con un amigo o con un desconocido, sin darte cuenta, se torna en algo más. Ocurre que esa conversación, al principio inocua y superficial, va calando y ganando en pasión, en sinceridad y en confianza hasta que pasa a ser, primero, un desahogo; luego una confesión y, mas tarde, un grito sin voz  o un llanto sin lágrimas.

Y te ves con asombro tal y como eres, despojado de corazas y escudos, y sin poses ni maquillajes, con el alma ahí, al descubierto. Para que ese ser afortunado, conocido desconocido, se asome y vea tus miserias...y tus maravillas.

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