Un pequeño universo literario, un mundo de aventuras, un país imaginario...
“Fue una tarde de domingo cualquiera, después de muchos años, cuando uno de ellos preguntó al otro su edad. La pregunta llegó sencilla, escueta, sin ánimo de nada, casi sin ambición de saber. Y créanme que no sabría decirles si se oyó alguna respuesta o, si la hubo, cuál fue, pues el descanso de la película que veían juntos llegó a su fin y el tema quedó aparcado en el olvido, seguramente por intrascendente.
Varios años más tarde, en otra tarde de domingo, fue el otro el que reparó, casi sin darse cuenta, mientras tendía la ropa en la terraza, en que ambos tenían distinto color de piel. Muy distinto. Como la noche y el día. Sonriendo se encogió de hombros para sí y siguió con su colada, y luego con la plancha y más tarde con los baños. Finalmente se enfrascó en la lista de la compra, asunto mucho más vital que acabó por arrastrar lejos de su memoria aquel fugaz dilema de los colores.
Alegoría intrascendente (de MIRTOKISTÁN y otros relatos)
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