domingo, 12 de abril de 2015

RELATO: PLANTA 67

Tomó el ascensor y pulsó el botón de la última planta. La 67. Mientras ascendía se preguntaba si no debía haberlo pensado un poco más antes de subir, pero la decisión ya estaba tomada. Vale que quizá,una vez arriba, aquello le pareciera una locura, pero ahora no…ahora no. Ahora estaba seguro de lo que iba a hacer, de lo que quería hacer.

El visor mostraba las plantas a medida que pasaban : 51,52,53... y estando ya tan cerca de su objetivo algo, quizá el miedo, vino a llenar su cabeza con imágenes sobre la belleza de la vida, sobre el amor de los suyos, sobre el azul del cielo y el olor de las flores…

Cuando el ascensor paró cubrió rápidamente los pocos escalones que conducían a la azotea y, una vez allí, se puso en pié sobre el murillo, sintiendo el aire en la cara. Abajo, en la calle, al final de la enorme caída vertical, veía a las decenas de curiosos que se iban aglomerando para seguir la escalofriante escena.

No se iba a negar a si mismo que en más de una ocasión había pensado en hacerlo, que ya se había imaginado allí arriba cien veces para acabar con todo, para alejarse de un mundo como éste, para decir adiós a tanta maldad, a tanta injusticia, a tanta mierda. Para irse para siempre con una sonrisa cuando él lo decidiera y no cuando le tocara en suerte. Un adiós con orgullo y dignidad ¡Al carajo con todo!

Pero eso sería otro día. Hoy estaba allí, en la planta 67, por otro motivo.  

Te he visto desde abajo y he venido a por ti –dijo al desconocido que amenazaba desde hacía rato con lanzarse al vacío-. Sea lo que sea, no merece la pena.

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