lunes, 13 de julio de 2015

RELATO: ESTA GRAN DAMA

Creímos ser una Gran Dama con grandes vestidos y lujosos palacios, que nuestros ejércitos conquistarían fácilmente el helado norte y que nuestros mercaderes harían gran fortuna vendiendo sus baratijas a las tribus bárbaras del lejano oriente. Que seríamos los afortunados protagonistas de un nuevo siglo de oro, la envidia del mundo conocido, orgullosos porque en nuestros dominios, de nuevo, no se pondría nunca el Sol.
Pero un día nos quitaron la venda y vimos horrorizados que los vestidos que nos cubrían eran de tela de saco y los palacios, de cartón piedra. Que nuestras legiones de "los jóvenes más preparados de la historia" no eran más que otra enésima Armada Invencible (cambiémosle ya el nombre, por Dios), y que nuestros mercaderes malvivían bajo el empuje de aquellos a los que creímos bárbaros, en realidad hijos de un oriente más culto y poderoso.
 
Ahora, al abrir los ojos, solo vemos que, efectivamente, en nuestros dominios de nuevo no se pone el sol, pues de sol a sol se trabaja sin descanso; y que somos una Gran Dama. Si, una Gran Dama vieja y desdentada a la que, además, se le han caído todos los anillos.

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