jueves, 8 de enero de 2015

RELATO: MIL FUTUROS

Hubo un día en que lo habría dejado todo por ti. Un día en que tu palabra gobernaba sobre mi mundo, incluso por encima de mis propios deseos, y en el que por un solo guiño tuyo me hubiera despeñado por el más profundo barranco con los ojos cerrados, a pecho descubierto. Fue un tiempo, añorado en parte, en el que vivía feliz acurrucado en un rincón de tu maleta y en el que tu sola presencia me alimentaba. Un tiempo en el que no necesitaba nada más y en el que tú me... bastabas, pues en realidad tú eras la única medida del tiempo.

Pero llegó la vida, imparable e implacable, y nos arrastró corriente abajo. Y no pudo ser. No nos cogimos de las manos con la fuerza suficiente y dejamos que nos separara, que nos llevara por distintos cauces, hacia diferentes ríos, que nos empujara hacia vidas divergentes y lejanas.
No me quejo. Ambos tuvimos la suerte de ser rescatados de la corriente por otras manos, también amables y bondadosas, que sí supieron asirnos bien y nos dieron felicidad.
Ahora, años después, somos los mismos y, aunque el paso del tiempo sobre nuestros rostros diga lo contrario, nos seguimos viendo con aquellos ojos de antaño. Y nos miramos sonriendo, recordando, imaginando…y sabiendo que tuvimos nuestro “juntos para siempre” en la punta de los dedos, hasta que alguno de los dos, ya no importa quién, se soltó.
Y el futuro fue otro.

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